Otra educación es posible
Vivimos momentos de incertidumbre que nos sitúan en
un tiempo crucial. Percibimos que, tras el confinamiento, existe la tentación y
puede que el intento de ejercer mayor control y autoritarismo sobre la
ciudadanía. Sin embargo, hemos de aprovecharlo para dar continuidad a la
solidaridad mostrada estos días y para pensar juntos salidas para que los
Derechos Humanos y de la Infancia salgan reforzados. Uno de los más importantes
es el derecho a la educación, imprescindible para avanzar hacia la equidad.
La nueva normalidad tras la pandemia trae las mascarillas y
también las viejas máscaras: las del silencio interesado sobre trabajadoras y
trabajadores que han sido esenciales, y que ahora siguen sufriendo condiciones
laborales penosas y abusivas.
Ni se ha reconocido a las personas que trabajan en este sector,
ni se las reconoce, pese a estar en primera línea de la exposición al virus.
Nadie les proporciona los equipos que les darían seguridad en el trabajo, pero
además se les sigue maltratando sin derechos.
No podemos sentirnos atenazados por el miedo sino animados por la esperanza de salir reforzados para un tránsito hacia una sociedad más humana y una educación más inclusiva, justa, cuidadosa y equitativa.
Nuestras valoraciones son
1. La educación escolar no va a ser
igual tras esta experiencia que confirma las diferencias con que se
realiza el trabajo escolar en casa, porque no todo el mundo dispone de los
mismos medios ni de la misma situación habitacional, familiar y social.
2. Si la educación es un derecho, una situación de emergencia no debería destruirlo, especialmente para aquellos niños y familias con más necesidades o en condiciones de pobreza. Constatamos que esta situación está aumentando la desigualdad social que ya teníamos.
3. En esta situación de emergencia y
confinamiento consideramos que la rigidez de las medidas tomadas deberían ser
más flexibles teniendo en cuenta los derechos de la infancia.
4. No sabemos cómo será el futuro de la
educación, pero sí deseamos y nos gustaría que fuera otro. La vuelta a la
normalidad, de la que el alumnado en situación de vulnerabilidad y pobreza
nunca formó parte.
5. Cuando se regrese a las aulas habrá
necesidad de cercanía, el alumnado necesitará conversar, expresarse,
abrazarse… El espacio y el tiempo educativos de la escuela lo debería facilitar
sin la presión de los resultados, las evaluaciones, los deberes, con calma,
dándose tiempo.
6. Nos parece necesario que el
primer trimestre del próximo curso sea un periodo de adaptación y
transición entre los dos cursos, con una tutorización y un acompañamiento
intensivos.
7. La experiencia de crisis nos invita
a repensar los tiempos, espacios y recursos de que disponemos, y la
función de apoyo que podrían desarrollar la TV, la radio y las redes sociales sin
perder el contacto con el medio natural y social.
8. Otra lección es que quizás tengamos que vivir la vida con más calma, también en la escuela, dando tiempo y respetando los procesos de aprendizaje de cada persona… El estrés que se está generando en familias y niños y niñas por las tareas académicas en casa, hemos de frenarlo con otras formas de hacer más creativas y respetuosas de los intereses de la infancia.
9. Todo lo que está sucediendo nos lleva
a poner en cuestión el actual modelo educativo para poder avanzar hacia un
modelo alternativo. Sencillamente porque esta situación nos está mostrando que
hay otras maneras de educar.
Propuestas de pensamiento y acción :
1. Repensar juntos, tras esta parada en
el camino, cómo mejoramos y cambiamos lo que tenemos y cómo reinventamos la
educación, cuestión que se nos presenta cada vez con mayor urgencia. Este
cierre del espacio escolar debería servirnos para resignificar la
educación y romper el ritmo frenético y la presión que ejercemos sobre la
infancia y la adolescencia.
2. Poner la mirada en las necesidades de
la infancia y la adolescencia. Es necesario que vuelvan a apasionarse por
aprender por sí mismos y desde sí mismos, a jugar, a tener tiempo libre en el
que puedan aburrirse, a relacionarse libremente, a no engancharse a las
pantallas para encontrarse con la naturaleza.
3. Hacer una revisión a fondo de la
estructura y el contenido del currículo escolar. Para que los contenidos tomen
la centralidad de los aprendizajes escolares. Estos saberes han de
proporcionarnos un conocimiento más profundo del mundo y de los problemas de la
humanidad.
4. Introducir un currículo eco-social que
promueva contenidos y valores para combatir la emergencia climática y favorecer
el desarrollo sostenible.
5. Introducir un currículo
feminista, que cuestione el modelo patriarcal, que condene todas las
violencias de género, que reconozca la plena igualdad de derechos y promueva
las prácticas de la coeducación en todos los ámbitos educativos.
6. Dinamizar el diálogo, la
conversación, el pensamiento crítico como instrumentos pedagógicos básicos
para la construcción y autocreación de personas autónomas, sujetos en proceso
permanente de producción de sus propias vidas.
7. Recuperar el sentido comunitario
y democrático de la escuela, devolviendo a las familias y a los niños y niñas
su espacio de responsabilidad colectiva en el procomún de la educación,
haciendo más efectivos los actuales canales de participación y creando otros.
8. Repensar las políticas educativas,
protegiendo y extendiendo la escuela pública y eliminando procesos de
privatización, desde las nuevas perspectivas sociales para que garanticen el
protagonismo de la ciudadanía y del pueblo, asegurando el derecho de todos a la
educación y los derechos de la infancia para una vida digna.
9. Promover el compromiso en la
lucha contra las desigualdades dentro y fuera de la escuela con políticas
compensadoras y de discriminación positiva hacia la infancia y la adolescencia,
víctimas de esta injusticia social y escolar.
10. Situar en primer plano, ahora
ocultada y socialmente poco valorada, la función docente con una
sólida formación cultural y pedagógica y como dinamizadora central de la
socialización de la infancia, de la convivencia y de la creación de ambientes
de aprendizaje compartidos y cooperativos.
11. Acometer una discusión sobre la actualidad de la perspectiva
del decrecimiento. Es vital recuperar la vida social y colocar en primer
plano los cuidados y los bienes relacionales –los que surgen de las relaciones
entre los seres humanos-. Tenemos que rechazar, por añadidura, la dimensión
jerárquica, autoritaria, represiva y militar de medidas que, como las
comúnmente aplicadas en los últimos tiempos, bien pueden anunciar un estado de
excepción permanente. El antídoto se llama apoyo mutuo y reclama
denunciar la superstición que convierte al Estado en nuestro salvador y
protector.
Todo esto conlleva más implicación, más
apoyo económico, más profesor@s y más personal apoyando en los colegios
públicos para atender esta alarma educativa. Menos alumnos por clase (reducción
de ratios). Y más espacio para poder atender correctamente estas sensibilidades
educativas y sociales
Como ejemplo de lo que NO HAY QUE HACER
es el caso del Instituto de Monzón actualmente masificado y que no lleva vistas
de solución. Lo urgente es hacer un
nuevo instituto ya ¡¡
Sabemos que es posible hacerlo y
animamos a que pensemos y construyamos juntos y juntas lo que queremos de la
educación.
CNT CINCA - Monzón - Huesca
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